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¿Creemos que si dejamos de creer el mundo tal cual es puede desaparecer?

El creyó y creó desde el corazón: René Favaloro

Resultados

¿Creemos solamente cuando obtenemos resultados positivos?

¿Creemos más allá de los resultados?

Ella cree y crea un cambio en la vida de nuestros hermonos Tobas: Patricia Sosa

Nacimiento

Cuando comencé a escribir “Yo creo lo que tu creas”, no pude dejar de preguntarme las infinitas relaciones que existían en estas palabras.

Mi intención es preguntar, las respuestas llegan solas, a cada momento y por diferentes lados, lo más importante no es quien tiene la razón o la verdad, en realidad son tan mágicas y sutiles las formas que tenemos los seres humanos de creer y de crear, que traspasan constantemente los límites del conocimiento adquirido por cada uno de nosotros hasta este momento, este aquí y ahora.

Todo lo que creemos que ya está creado, un segundo después, alguna situación nos demuestra que siempre hay más, creadores de creyentes y creyentes creadores.

“Creer para crear”,

“Crear creyendo”,

“Crear creyendo que uno no cree”,

“Crear creyendo que uno no crea”.

De esto se trata.

Sentidos

¿En qué momento dejamos de preguntar-nos?

¿Existe sólo un momento o son varios que se suman y, un día, cualquiera, ayer, hoy o mañana, las ganas de crear preguntas se pierden, se escapan y con las preguntas que no hicimos, ni hacemos, ni haremos, se pierde y se escapa la oportunidad de escuchar las respuestas?

¿Creamos sordos que escuchan las respuestas utilizando otros sentidos?

¿Creemos que nadie nos escucha, a través de la piel, el olfato, el gusto, la vista?

¿Creamos comunicaciones perceptivas?

¿Creemos en las preguntas y las respuestas que provienen de los sentidos?

La pintura “El Grito” de Munch sintetizó lo que quería escribir con respecto al sentido de los sentidos.

La expresión de ese rostro representa el impacto que causa en el ser humano todo lo creado por los seres humanos que creemos… en lo que creamos, en lo que creamos que creemos , en lo que aún no creyendo creamos, y en lo que creando aún creemos que no creamos.

“El Grito” es una respuesta y también una pregunta. Todos los sentidos creen y crean el momento más sublime de esta obra, el poder de la ex-presión.

Ex-presión lo escribo de esta forma porque creo que es ex cuando está dentro de nosotros, esa presión agonizante, pero cuando se exterioriza ya no es una ex-presión sino que se transforma en creación.

Biografía de Edvard Munch